Esta
es la historia de un amigo con quien tuve la dicha de compartir bellos y
trágicos momentos. Brillante amigo, pero en la intimidad de alguna reunión, a
solas, se comportaba como un niño. Necesitaba que yo lo cuidara, requería una
reacción o un reconocimiento de mi parte. Me costó tiempo, palabras, gestos y
paciencia de la que era huérfana; me costó mucho trabajar sobre el niño
malherido en su interior. Es difícil tener una relación de pareja con alguien
que no resuelve su enfermizo temor a ser abandonado…
¿Él estuvo
enamorado de mí? Tal vez… ¿Obsesionado? Creo que fue lo más cercano…
¿Incomprendido? Totalmente…
Éramos
muy diferentes, como el agua y el aceite. Entonces, nuestra relación debería
haber funcionado; porque está probado científica y palmariamente que las
diferencias atraen. A una le fascina que el otro tenga lo que una no tiene o le
es difícil tener. Él las tenía.
¿Entonces
qué nos pasó?... Se los voy a contar:
Un
joven deambulaba por su habitación, recordando un sueño maravilloso y
hollywoodense. En este sueño, una joven de cabellos negros y lacios lo esperaba
llorando emocionada, con un pañuelo en la mano, sentada al pie de un árbol. Él,
a toda carrera, va con los brazos abiertos a su encuentro. Al llegar, se
inclina y la toma en sus brazos y le da un furibundo e incansable beso…
Mientras recordaba esto, hacía memoria, cerrando los ojos y abstrayéndose del
mundo. No quería permitirse dejar estas imágenes. Todo lo reconfortaba: por fin
había llegado el reconocimiento de la joven de pelo negro y lacio.
Saliendo
de su abstracción, se dirige al baño. Coge el cepillo de dientes y le da tres
lavadas a su boca; se desnuda, se ojea en el espejo, sonríe. "Sí, ella
siente algo por mí"… Se mete a la ducha, baja la vista y se observa
desnudo. Ya en la ducha, piensa: "Ella me quiere, el sueño no es por azar;
tiene que significar algo… Ahora lo que queda es estudiar duro y parejo. Una
mujer como ella no se conforma con un mediocre"… Gira la llave y el chorro
de agua le empapa toda la cabeza. Mientras el agua le moja todo el cuerpo,
silba una música melodiosa.
Termina
de asearse, parte a su dormitorio y se pone a estudiar sonriente y con mucha
más ganas ese día y los días siguientes.
Una
noche, sale al encuentro de sus amigos, con quienes comparte algunos juegos y
algunas cervezas. Habla de ella sin atreverse a contarles el sueño.
Al
otro día, que era un viernes, está en su habitación, releyendo alguna materia
académica. Suelta sus libros y se incorpora. Se mira en el espejo y se dice a
sí mismo: "Voy a salir de esta ilusión y aceptar la realidad, voy a ir a
su casa e invitarla a salir".
La
realidad se impuso, ella aceptó su propuesta. Esto originó en él una explosión
en su cerebro. No lo podía entender… No entendía que ahora él tenía que dejar
de llorar por aquello que siempre consideró un imposible. Que su ilusión ahora
era una realidad y, que por ello, correspondía solo dejarla volar… Cuando se
cumple un sueño es lo que corresponde. "Una rosa es una rosa, una rosa,
una rosa… y otra vez, aunque la gires, sigue siendo una rosa".
Pero
la ilusión ganó; se aferró tanto a ella que no fue a la cita. Para él, una rosa
era una flor, era una planta, un vegetal… Se convirtió en un mago y se asoció
con la magia, porque siempre creyó que la magia existe… ¡Mágico, sí, Mágico!
No sé
quién lo dijo, pero es cierto: "Si quieres que tus sueños se hagan
realidad… ¡despierta!".
Libertad
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