martes, 28 de febrero de 2012

Un misionero en la selva virgen

“Muchas veces la vida nos envuelve en batallas que no podemos ganar, y que sin embargo debemos luchar con toda la fuerza posible, hasta que el último aliento se extinga”.
Hugo había aprendido desde muy pequeño, que aun mucho más que muchas veces, la vida sin ninguna razón aparente, le arrebataba o le negaba siempre lo que más quería, que su andar por este camino, llamado existencia, no sería igual para él que para los demás, y es que fueron muchos los golpes, dos de ellos habían sido realmente muy dolorosos, había perdido muy temprano a su padre, y cuando aún no había terminado de reponerse, su madre también lo había dejado, estas tristes experiencias lo habían convertido en un luchador fiero, con la suficiente fuerza como para poder alcanzar varias de las muchas metas que se impondría en la vida.
Tal vez esas dolorosas heridas, marcas indelebles en el alma, lo habían alejado un poco de la fe, pero no tanto como para llevarlo al extremo de convertirlo en un descreído, tal vez un poco de su rojo pasado, o como él prefería llamarlo: pasado rosa, estuviera relacionado con esos trágicos eventos; y es que mientras algunos buscan refugio en las muchas iglesias, otros se convierten en sus acérrimos enemigos, tal vez si Hugo hubiera seguido el camino de la religión, hubiese sido un magnifico soldado de la fe, un feroz soldado que hubiese marchado hacia la espesura de la selva luchando por la redención de las almas extraviadas en la inmensidad de la jungla verde, como un autentico misionero lanzado a la selva virgen, pero Hugo no marcho hacia la jungla verde, se quedo a batallar en la jungla de cemento.
Hugo siempre solía recordar que durante su niñez fue un gran mataperros, sin la guía y disciplina de una figura paterna, muchas veces se ausentaba varias horas de casa, su madre no lograba controlarlo, durante toda su vida Hugo siempre se considero así mismo como un piraña zanahoria, en aquellos tiempos no existían ni las pandillas, ni las barras bravas  y toda esa suerte de barbarie que hoy tanto nos preocupa, de otra manera tal vez la suerte de Hugo hubiese sido convertirse en un peligroso criminal un chacal humano.
La habilidad y astucia de Hugo le permitieron sortear siempre  sin sobresaltos los estudios, eso no representaba para el ningún problema, por lo que nunca había tenido que ser un chancón solapado, la mas de veces había podido mantenerse bien en el colegio sin problemas.
Al llegar a la secundaria conoció el amor, por alguna extraña razón no comprendida, conoció a una mujer que lo marcaria por siempre, claro está que en aquellos días su relación fue de una muy tenue amistad entre condiscípulos, pero ya en algún lugar recóndito del alma de Hugo una chispa se había encendido, lo que sería para él su amor de siempre, el primero, el ultimo, el de siempre.
Al terminar la educación secundaria Hugo entendió que debía poner todos sus recursos y fuerzas en trabajar para su primer objetivo, ingresar a la universidad, en aquellos tiempos, era usual postular a varias universidades, Hugo había decidido que quería ser ingeniero, y para serlo habían varias alternativas, la de mayor prestigio era la Universidad de Ingeniería, mientras que San Marcos era su segunda opción.
Tras un año de intensa preparación, Hugo estaba listo para la competencia, era Marzo tiempo de exámenes de admisión, tras tres arduos exámenes en la UNI y un extenuante Domingo en San Marcos,  la vida por fin le sonreía, su esfuerzo y habilidad lo había llevado a lograr el ansiado ingreso a la universidad, en teoría ese debería ser el pasaporte y primer paso para salir de la trampa de la pobreza.
Desde aquellos tiempos solía reunirse con sus camaradas de toda la vida, esa fraternidad que a pesar de todo el tiempo transcurrido logro mantenerse, en aquellos días cuando sentía que todo se podía alcanzar, Hugo hablaba de sus proyectos, de que lo primero que compraría cuando tuviera algo de dinero sería una gran camioneta todo terreno para recorrer todo el país, estaba tan eufórico con la idea que la camioneta soñada tendría todo lo imaginado, incluyendo tal vez hasta misiles.
En su juventud parte de ese fervor libertario que siempre había mostrado, se manifestó en las calles, protestando desde la retaguardia como todo buen estratega, pues queda entendido que nunca los generales están en la línea de batalla, los estrategas deben estar a salvo para seguir defendiendo los derechos de los marginados, esta pasión política y lo que él llamaba el amor de toda la vida harían que descuidara un poco los estudios, la situación económica tampoco ayudaba mucho, en fin sabemos que hace falta mucho coraje y algo de recursos para terminar las tareas que la vida nos impone.
Durante aquellos años juveniles la rutina de Hugo era ir a clases, jugar al taco, planear con las hembritas, hacerla de profesor, pegarla de intelectual progresista, colarse en las fiestas, como puede verse, eran muchas las tareas y casi siempre muy pocos los recursos, por lo que algunos jóvenes optaban por especializarse en ciertas áreas, mientras abandonaban los otros intereses, o les brindaban menor prioridad.
Hugo había decidido que su primera prioridad era cumplir con el mandato divino de crecer y multiplicarse, para lo cual después de un sesudo análisis, había llegado a la conclusión de que el mejor prospecto para cumplir con esta sagrada misión, era una mujer que siempre lo había atraído intelectualmente, cosa muy rara en alguien tan joven, ya que la gran mayoría de sus contemporáneos apreciaba en aquella época otros atributos, tal vez Hugo era un visionario y sabia que la ciencia moderna se ha encargaría en algún momento de salvar ese inconveniente, o tal vez Hugo estaba definitivamente cegado por el amor.
Para lograr su objetivo Hugo apelo a todo su arsenal, en aquellos días previos a la era digital, los discos de vinilo eran siempre muy bien apreciados, además flores, chocolates, poemas y todo lo que pudiera derribar la muralla que lo separaba de su amada eran poco, incluso llego al extremo de obsequiar a la futura cuñada, un objeto muy apreciado por su grupo, un objeto por el cual todos habían bregado muy duro hasta quedar extenuados, pero que importaban en aquel momento los camaradas, lo más importante era ganar un punto más en la carrera hacia el corazón de la amada.
Continuará...
Hariwaki

1 comentario:

  1. Holas a todos
    Leo con satisfacción que un nuevo colaborador se suma para contribuir con el chacablog.
    Bienvenido y diviértete tanto como nosotros.
    Un abrazo.
    J.C.

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